La mejor foto de naturaleza del año es una que denuncia la ausencia de ella. La imagen, que muestra la crueldad de la cacería ilegal de rinocerontes negros, ha sido elegida como ganadora del concurso Wildlife Picture of The Year organizado por el Museo de Historia Natural de Londres.
La obra titulada En homenaje a la especie muestra un rinoceronte negro muerto por un disparo con el cuerno cercenado. A los pies del animal caído, un gran charco de sangre. Es una imagen dura, que cuesta mirar, pero que demuestra que las fotos de naturaleza son mucho más que imágenes bonitas de animales.
"Hay crudeza, pero también hay una gran conmoción y, por lo tanto, dignidad en el gigante caído", señala Roz Kidman Cox, uno de los miembros del jurado. Añade que "una escena tan trágica" y "majestuosa" con "este poder escultórico" merece el galardón más alto y señala que es un "símbolo de uno de los crímenes ambientales más atroces e innecesarios, ante el cual es necesaria una mayor protesta pública".
La instantánea fue tomada por Brent Stirton en el parque Hluhluwe–Imfoloz, una de las reservas naturales más importantes de África. Esta tragedia es solo una de las más de treinta que el autor inmortalizó con su cámara. Lo terrible de la escena sirve para plasmar la situación de una especie, la del rinoceronte negro, en peligro de extinción a causa de la cacería y la venta de sus cuernos en el mercado clandestino. No importa, como ocurre en este caso, que el animal se encuentre en una reserva natural con cuidados especiales. Los asesinos del animal dispararon al rinoceronte con un silenciador, mutilaron su cuerno y huyeron antes de ser descubiertos por la patrulla de la reserva.
El director del museo, Michael Dixon, sostiene que "la imagen de Brent destaca la urgente necesidad de proteger nuestro planeta y las especies con las que lo compartimos". Mediante este premio, pretenden dar visibilidad a un problema también presente en especies como las ballenas azules. No obstante, gracias a la concienciación a escala mundial, la humanidad logró salvar al mamífero acuático al borde de la desaparición.
Pedro Sánchez más que presidente del Gobierno es la piñata de España. Recibe palos del extremo centro (lo que toda la vida habíamos llamado extrema derecha), de los independentistas catalanes y, los que más duelen, de los barones y dinosaurios de su propio partido.
No quedan más cáscaras, iba a decir cojones pero me contengo para que no me tilden de políticamente incorrecto, que eso de los cojones ya pasó a la historia en este país de tontos y tontas de baba pendientes de la última ‘gelipollá’...
Es cierto que, los primeros pasos dados por nuestra democracia tuvieron que ser andados con pies de plomo.
Es una constante histórica: cada vez que España se la ha jugado de verdad como país, la derecha ha traicionado a los españoles. Ha sucedido así siempre bajo gobierno socialista.