Veo este perro solo, temblando y atado a una farola y lo fotografío. No sé muy bien para qué lo hago, ni por qué, pero me agacho para ponerme a su altura y disparo una vez que he reclamado su atención. Ya está, pero ahora me pregunto: ¿qué busco con esta fotografía? ¿para qué sirve? ¿por qué la hice? No tengo respuestas, aunque sí la tentación de pensar que te gusta mirarla, de saber que sigo contando contigo y aún no estoy solo, temblando y atado a una farola.